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Las Invasiones Inglesas al Río de la Plata


Antecedentes


En los archivos de Sir Robert Kingsmill, Lord Hillsborough, Stanier Porten, Arthur Phillip, Lord Thomas Townshend, John Udny, entre otros funcionarios, militares y políticos británicos del siglo XVIII, se afirma expresamente que hubo grupos de criollos y españoles del Perú y Rio de la Plata que pidieron mediante cartas o directamente la intervención militar de Gran Bretaña en la Sudamérica hispana desde la década de 1770 en adelante.

Lord Thomas Townshend afirma que los criollos españoles le habían entregado información valiosa sobre los puntos estratégicos por donde la flota británica debía de atacar al momento de “liberar” los virreinatos americanos. Los criollos planteaban que la primera flota debía de realizar una incursión en Buenos Aires y Montevideo, bombardeando y destruyendo los puertos, desde allí se debían de reunir con la segunda flota en el Mar del Sur (Pacífico). La segunda flota proveniente de las Indias Orientales debía de bombardear los puertos principales de Chile y Perú. Se enfatiza que las tropas británicas debían de desembarcar en el Perú, siendo el principal objetivo, pues allí se concentraba el poderío español, y solo una porción pequeña debía desembarcar en Buenos Aires.

En 1783 en Portobello se detiene al coronel Robert Hodgson, a quien se le incauta una serie de cartas, mapas y planos, donde se evidenciaba un minucioso estudio de la sociedad y geografía de Buenos Aires, Brasil, México y Nueva Granada.

Primera Invasión (1806):


"Yo he visto llorar muchos hombres por la infamia con que se les entregaba; y yo mismo he llorado más que otro alguno, cuando a las tres de la tarde del 27 de junio de 1806, vi entrar a 1.560 hombres ingleses, que apoderados de mi patria se alojaron en el fuerte y demás cuarteles de la ciudad”. (Mariano Moreno: Memorias).


La flota británica apareció en el mar de Montevideo el 8 de junio de 1806. El día 24 de junio comenzaron a bombardear las edificaciones costeras del virreinato. El 27 de junio las tropas británicas ocuparon la ciudad de Buenos Aires.

Luego de más de un mes de ocupación los rioplatenses comenzaron a contratacar. Las milicias al mando de Santiago de Liniers lucharon con tal ferocidad que los ingleses fueron forzados a retroceder hacia el Fuerte de la ciudad de Buenos Aires, donde se rindieron ese día 12 de agosto, procediendo a firmar la capitulación el 20 de agosto de 1806.

“Vengan, pues, los invencibles cántabros, los intrépidos catalanes, los valientes asturianos y gallegos, los temibles castellanos, andaluces y aragoneses; en una palabra, todos los que llamándose españoles se han hecho dignos de tan glorioso nombre. Vengan, y unidos al esforzado, fiel e inmortal americano, y a los demás habitadores de este suelo, desafiaremos a esas aguerridas huestes enemigas que, no contentas con causar la desolación de las ciudades y los campos del mundo antiguo, amenazan envidiosas invadir las tranquilas y apacibles costas de nuestra feliz América”. (Liniers, 1806)

Segunda Invasión (1807):


Tras tomar Montevideo, los refuerzos británicos navegaron hacia Buenos Aires bajo el mando de John Whitelocke. A pesar de que los británicos habían conseguido victorias iniciales en su intento de tomar la ciudad, la farrea resistencia de los civiles y militares rioplatenses hicieron que John Whitelocke optara por rendirse, ya que en pocos días había sufrido una cuantiosa perdida de tropas contra una resistencia bien atrincherada. Santiago de Liniers aceptó la rendición de los británicos el 7 de julio de 1807.

Los británicos habían logrado saquear un botín de aproximadamente 300 000 libras esterlinas del patrimonio del Virreinato del Rio de la Plata, la que se repartieron en 1808. A pesar del fracaso militar los británicos no cesaron en sus pretensiones, sino que volvieron a reelaborar y reestructurar toda su estrategia.


Referencias:

.- The Global Reach of Empire, Alan Frost (2003).
.- Las invasiones inglesas del Río de la Plata, Carlos Roberts (2000).
.- La Gran Bretaña y la independencia de México, Guadalupe Jiménez Codinach (1991).




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